Proyección App

Listo. Hay uno nuevo que encaja en el plan mágico. Hablamos lo suficientemente poco como para que ya sepa dos o tres cosas que caben dentro del modelo que me armé. Tengo que saber el apellido así sé qué nombres les invento a nuestros futuros hijos… Por suerte todavía tampoco lo vi personalmente, cruzamos corazones en una de las app nuevas, vi catorce fotos en su perfil y me mandó una quinceava por whatsapp… También intercambiamos veintisiete audios, y hablamos hace cuatro días. Me encanta… Puede ser ÉL…

Seguramente vuelva a pasar, que en dos semanas -sino antes- ya no lo aguante más y piense que es un pelotudo. Si lo pienso un poco, ya me está empezando a molestar que, en realidad, lo que dice no es tan así, y si me concentro en la falta de ortografía casi que me puedo ir a dormir sin pensar devuelta en él. Pero hoy me encanta…

Esta sensación de ilusiones en la mente, estas ganas de bajar letras, la música que acompaña el sentimiento, hasta sonreí cuando dos se daban un beso en la esquina y le di like a un post que charlaba del amor. Que poco dura… La magia se acaba cuando se descubre el truco, y éste se lleva la ilusión. La mentira es una situación que no ocurrió ni se planea que ocurra; el secreto es no saber que está pasando ni qué… Y ahí está la magia. Esa magia que nos dijeron que se parece al amor, y que en realidad solo cabe en el enamoramiento hacia nuestras proyecciones.