des-ilusión

Hace poco que estoy hablando de "desilusión", pero hasta recién no había caído en la "des-ilusión", hasta hace un rato sólo empleaba el término para explicar que estaba poco a gusto con la situación y que sentía algo parecido a la decepción, pero no racionalizaba la "des-ilusión", no me estaba dando cuenta que lo que me pasa es, simplemente, que ya no me ilusiona, y así, ya no me motiva.

El hecho que desencadenó que viniera a escribir no importa ahora, y no porque no importe el hecho sino -y por el contrario- porque importa demasiado como para que pueda traerlo a la sóla mención; digamos que si mi ilusión se fue, encuentra la causa en la situación donde no se materializó la presencia -que a mi conciencia- era conditio sine qua non de su existencia. Digo que si perdí la motivación es porque ya no puedo ver en su persona la ilusión que fundamenta mi interés de creer. Estoy tratando de contar que me impresiona lo determinante que puede ser un actuar, y que la desilusión se parece mucho a dejar de crear. 

La ilusión es eso que proyectamos que Es; lo ilusionados que podemos estar con alguien depende de lo que creamos (de creer) que es, y en consecuencia, cómo creemos (de crear) dicha ilusión de su persona. Así, el aprecio que tenemos hacia lo que sea que apreciemos, siempre va a estar condicionado por la proyección que hagamos en la ilusión de su existencia. La "des-ilusión" viene entonces, a derrumbar aquello que creamos, por creer en algo nuevo que nos hará crear lo que ahora vemos que Es, viene a ser como un cambio de paradigma luego de la transvaloración forzosa de la apreciación.

La motivación, por su lado, es el resultado del proceso de "reformulación de la ilusión", dónde sólo encontrará lugar si luego de cotejar la nueva creación se sigue creyendo, se logra alguna ilusión...

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... temo que este no sea el caso.