Todo
depende de nuestra mente. Todo es producto de la creación previa que hicimos en
nuestra cabeza. Todo lo que nos llega, lo que nos pasa, es porque antes lo
trajimos a nosotros, con la mente.
Ocurre
que para algunas personas la vida es algo extraordinario, se sienten felices
y deambulan por ahí con una sonrisa. Para otros -en cambio- la
vida es puro esfuerzo, lucha, sacrificio… Y la gran diferencia que existe
entre estos dos tipos de personas, es su mente. Su manera de pensar, de desenvolverse,
desarrollarse y determinarse.
Algo
así es lo que expone la Ley de Mentalismo, que es el primero de los 7
principios de Kybalión -los que sí respeto aunque sin respetar a Dios- (1): Piensa positivo y tendrás una vida positiva. Piensa
negativo y la naturaleza te devolverá una vida negativa. Como si la sóla elección
de ser felices nos bastase para serlos, como si en realidad sí pudiéramos
elegir... Y ¿Porqué no? Entiendo que de alguna manera la ambivalencia nata que ya desarrollé en “Dualidad, elección” importa aceptar que todo –independientemente
de la física- todo, tiene su blanco y negro, bueno y malo, justo e injusto…
Todo lo que nos pase, por consiguiente, va a depender de cómo lo percibamos, a raíz de la elección que tomemos sobre ese hecho y según cómo ya lo
habíamos planeado... Creo que la ley de mentalismo se parece bastante a la autodeterminación, y las coincidencias de las que habla Redfield (2) no se diferencian mucho de la capacidad para atraer energía en forma de sucesos... con la mente.
Todo el poder que tenemos, es el que creamos.
(creyendo y creando)
(creyendo y creando)
(1) El Kybalión es un documento del siglo XIX que resume las enseñanzas del hermetismo.
(2) Se hace referencia a James Redfield, autor de "La novena revelación" (entre otros textos) quién expone en el primer capítulo de esta obra lo importante de las coincidencias que dejan de relieve el poder de la percepción sobre los hechos que se nos presentan.
(2) Se hace referencia a James Redfield, autor de "La novena revelación" (entre otros textos) quién expone en el primer capítulo de esta obra lo importante de las coincidencias que dejan de relieve el poder de la percepción sobre los hechos que se nos presentan.